En esta intervención en Calella de Palafrugell, nos encontramos con el reto de transformar una cocina tradicional en un espacio funcional y visualmente cálido, sin perder el alma mediterránea que define la zona. El resultado es una estancia que combina madera natural, alicatado artesanal y soluciones abiertas que realzan la amplitud y la luminosidad.
Ubicación: Calella de Palafrugell, Costa Brava
Distribución: Cocina en L abierta hacia zona de paso
Encimera: Laminado efecto piedra clara con canto recto
Fregadero: Bajo encimera en acero inoxidable
Placa: Inducción integrada
Campana: Oculta tras revestimiento
Iluminación: Luz natural con refuerzo puntual indirecto
Almacenaje: Mobiliario bajo con efecto madera nudo marcado y estanterías superiores abiertas
Muebles base: Melamina efecto madera natural rústica
Azulejo frontal: Baldosa tipo zócalo esmaltado en blanco roto
Suelo: Gres cerámico imitación barro cocido en espiga
Estantes: Blancos lacados, sin herrajes visibles
Paredes y techos: Pintura plástica blanca mate
El proyecto se ha centrado en respetar la identidad costera de la vivienda, integrando materiales naturales y una paleta cromática suave que potencia la luz y el confort. Los estantes abiertos permiten una exposición decorativa funcional, mientras que los muebles de efecto madera aportan robustez y calidez. Una reforma equilibrada, ideal para una segunda residencia junto al mar.
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